La mañana del 29 de Marzo, en la ciudad de Cáceres, ocurrió
un acontecimiento que muchos desconocerán, pero que por su gran trascendencia
histórica me veo obligado a escribir unas líneas sobre ello.
Aunque con casi 40 años de retraso, los fusilados que
sufrieron en sus carnes la barbarie del fascismo, ya tienen en el cementerio de
Cáceres, donde sufrieron su trágico final, un memorial donde poder recordarlos.
Estos muertos, olvidados durante tantos años, representan la lucha por nuestras
libertades y la lucha por la Democracia, ya que perdieron la vida plantando
cara a sus verdugos, que dieron un cruento golpe de Estado contra el gobierno
legítimo y democrático republicano, un golpe de Estado que se convertiría en una
trágica Guerra Civil.
Esta guerra convirtió a España en el segundo país, tras
Camboya, con mayor
número de personas víctimas de desapariciones forzadas cuyos restos no han sido
recuperados ni identificados.
Instaurada
la Democracia, el reconocimiento que le debemos a estos valientes por su lucha
por la libertad y la Democracia, se ha visto marcada por luces y sombras, más
sombras que luces diría yo, pues las Instituciones le han negado este
reconocimiento, ya sea por los ideales todavía reaccionarios de unos, el terror
revisionista de otros, el miedo a perder votos de su posible electorado…
Tenemos
que tener claro, que hablamos de vidas humanas, de muchas historias reales que
han sufrido en sus carnes estas tragedias, en definitiva hay que establecer una
reparación real y un reconocimiento real de la tarea que ejercieron estos
hombres y mujeres en materia de derechos y libertades.
Esto
no debe abrir viejas heridas del pasado, sino por el contrario reforzarnos como
pueblo, pues si España pretende ser una Democracia sólida, no puede seguir
dándole la espalda a esta realidad.
En
el acto del 29 de Marzo, del que hablaba al principio de esta entrada, he
podido comprobar un avance en esta materia, pues aunque en el acto me hubiera
gustado un protagonismo mayor de los familiares, lejos de tantas intervenciones
políticas, que por otro lado, entiendo también como necesarias ya que las
formaciones políticas, sean del signo que sean, deberían apoyar estas
iniciativas, y en este caso tengo que decir que ha sido así.
Pero
decirles, también a estos políticos, que esto no puede acabar aquí, pues
mientras siga existiendo un muerto sin identificar en alguna cuneta española,
no debemos descansar en su búsqueda. Además, queda pendiente en este país,
juzgar estos crímenes como lo que fueron, ya que me parece vergonzoso, que un
país con casi 40 años de Democracia a sus espaldas, siga rechazando una
propuesta tan simple y legitima como esta, y lo que aún me parece más grave que
se establezca una caza de brujas contra el único juez que se ha atrevido a
llevarlo a cabo (Juez Baltasar Garzón).
Por
ultimo quiero acabar estas líneas, estableciendo mi humilde homenaje, a los
casi 700 hombres y mujeres que yacen enterrados en el Cementerio de Cáceres,
estos no solo corresponden a la ciudad de Cáceres, sino a otros municipios de
la provincia como el caso de Arroyo de La Luz (13 muertos enterrados en esta
fosa). También poner de manifiesto, lo que quedará como una fecha negra en
nuestra historia local, lo que se conoce como “las navidades trágicas de 1937”,
una fecha donde fueron ejecutados la mayoría de estos asesinatos (+ de 200 de
los que encontramos en esta fosa), una fecha que no debemos olvidar para que
esta barbarie no se vuelva a repetir, pues aprendiendo de nuestra historia
podremos corregir los errores del futuro.
TRANQUILOS ABUELOS, VUESTRA LUCHA, DIGNIDAD Y MEMORIA QUEDAN EN EL RECUERDO DE LAS NUEVAS GENERACIONES. RECORDÁNDOOS COMO LO QUE FUISTEIS UN EJEMPLO DE LUCHA Y CORAJE.
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