domingo, 12 de marzo de 2017

LGTBI

 La homosexualidad es una orientación sexual tan natural, como puede ser la heterosexualidad, no llevando asociada ninguna particularidad especial. Algunos afirman que el vicio está asociado a las personas homosexuales, pero están muy equivocados. El vicio es un atributo adquirido por los seres humanos, sin distinción de orientación sexual; se puede ser heterosexual y ser vicioso,  homosexual y serlo igualmente, no depende de la orientación sexual, estando promovido por causas ajenas.  Igualmente, la apariencia de los distintos seres humanos, no está relacionada con sus distintas orientaciones sexuales. El estereotipo adquirido, que muestra a todas las mujeres como femeninas, no depende de la orientación sexual; se puede ser muy femenina y ser lesbiana, o se pude ser menos femenina y ser heterosexual, todo depende de los gustos, preferencias y formas de ser de los distintos seres humanos.

Otro estereotipo de nuestra sociedad es asimilar gay con homosexual, otro estereotipo completamente falso, pues la apariencia femenina de los varones, en absoluto está asociada a su orientación sexual.
 La inmensa mayoría de los seres humanos han tenido alguna vez fantasías con personas de su mismo sexo, sin verse modificada su orientación sexual. Además, muchas personas heterosexuales, han tenido experiencias homosexuales por distintas causas, igualmente sin abandonar su orientación heterosexual. La sexualidad humana es compleja y caprichosa, pero en absoluto condiciona la orientación sexual de un ser humano.
 Al igual que el vicio, la promiscuidad no es un atributo del colectivo LGTB, si no una característica del ser humano, que ha adquirido a lo largo de su vida y no tiene nada que ver con ninguna orientación ni identidad sexual.
La ignorancia confunde a nuestra sociedad, nunca confundamos identidad sexual con orientación sexual, pues no es lo mismo un ser humano transexual, que desgraciadamente ha nacido en una identidad sexual que no le corresponde, que le impulsa a conseguir la identidad que realmente desea adquirir, con las personas homosexuales, que están contentos con su sexo. La única diferencia es que se sienten atraídos por personas de su mismo sexo, pero ello no conlleva en absoluto que deseen cambiar de sexo.
La homosexualidad es una opción tan válida como la heterosexualidad, y así mismo un comportamiento natural, que no conlleva ninguna enfermedad. El tratamiento médico o psicológico debería estar aplicado a las personas que sostienen resistencia ante sus derechos humanos, pues con su ignorancia demuestran su insalubridad.


A lo largo de la historia la homosexualidad ha sido una práctica común, ya en Mesopotamia o la antigua Grecia era un comportamiento común según  los escritos, y seguramente en épocas anteriores. Aunque no adquiría la misma consideración que podemos ver en la actualidad, ya que el patriarcado mantenía una hegemonía clara en estas sociedades. Por tanto, la homosexualidad ha existido en todas las épocas, aunque tristemente la discriminación hacia este colectivo ha sido fuerte en la mayoría de las sociedades pasadas, provocando la ocultación de la orientación sexual ante el temor de ser rechazado, perseguido e incluso eliminado físicamente por su identidad sexual.
En la Edad Media las cosas no fueron mejor, la Iglesia perseguía toda disidencia religiosa, y las prácticas homosexuales se pusieron en el punto de mira, con una herramienta represiva como la Inquisición.
Ni la modernidad ni la contemporaneidad trajeron algún atisbo de cambio, y aquellos seres humanos desposeídos de su orientación o identidad sexual siguieron siendo desposeídos de sus propios derechos y libertades. Ni siquiera las revoluciones cambiarían las cosas, ya que históricamente este colectivo ha sido maltratado por todo tipo de poderes e ideologías.  Regímenes y organizaciones izquierdistas consideraban las prácticas de este colectivo como un pequeño vicio burgués, en ocasiones serían respetados, otras veces relegados a un segundo plano, y otras muchas veces perseguidos y oprimidos, por los mismas ideas que luchaban por la igualdad universal.
Pero si la misma izquierda se mostraba reticente a la aceptación de este colectivo, podéis imaginar las simpatías de las fuerzas reaccionarias, más aún cuando el fascismo entró en escena.
Los crímenes producidos por la Alemania Nazi, la Italia Fascista o el Régimen Franquista son muy conocidos, y escasamente reparados, por ejemplo, Alemania, no reconoció oficialmente las penas injustas al colectivo LGTBI durante la Alemania Nazi.
En nuestro país las cosas no fueron mejores,  ya que con el derrocamiento del régimen republicano, se  instauraría un régimen fascista que intentaría eliminar cualquier atisbo de disidencia interna. En principio el régimen se cebó con sus enemigos políticos,  llevando a cabo una limpieza selectiva de toda oposición política, con el beneplácito o la pasividad de la escena internacional. Desmontada toda disidencia política, los apoyos de la Iglesia Católica y la psiquiatría serian claves para perpetrar una homogeneización de la sociedad española que tendría en la ley de vagos y maleantes su principal pilar.
Los homosexuales fueron llevados a cárceles o a campos de concentración, las mujeres fueron relegadas a la tutela del patriarcado y el Estado, las “desviaciones sexuales” fueron consideradas como patologías enfermizas y fueron solucionadas con descargas eléctricas y sermones religiosos, y en definitiva las personas del colectivo del LGTBI fueron relegadas a su destierro sexual y natural, cuando no al dolor y la humillación.
Fuera de la dictadura franquista, las cosas tampoco iban mejor para el colectivo, y es que una de las grandes vergüenzas de nuestro mundo actual, es haber considerado la homosexualidad como una enfermedad hasta 1990, según la prestigiosa Organización Mundial de la Salud.


Sí, por los censores españoles tachaban en rojo todo lo relacionado con el sexo, las drogas, la homosexualidad… y todo lo considerado subversivo. Pero algunos elementos externos empezaron a cambiar en aquel sistema endógeno, pues el turismo empezaría a forjarse como empresa nacional, y trastocaría aquellos rancios rudimentos del imaginario español. Y es que, cuando hay dinero de por medio, las permisividades se consienten, y las costumbres ancestrales dejan de ser la prioridad.

Y con la muerte de Franco todo comenzó a tambalearse, y por una vez el colectivo LGTBI pudo coger el timón de su identidad, sin ningún miedo, a pesar de las represalias que pudieran tener la conquista de su libertad. Al igual que en otros países, en España, homosexuales, transexuales, bisexuales, intersexuales, o cualquier otra identidad o orientación sexual, tomaron las calles para pedir su libertad sexual y su libertad democrática.

La primera celebración del orgullo gay se celebró en Barcelona, acabando con un enfrentamiento violento entre manifestantes y los todavía temidos grises. Seguidamente, Madrid, también tomaría la alternativa, que conllevaría al establecimiento de la capital española, como una de las mejores fiestas reivindicativas del colectivo LGTBI internacional.
En España los derechos del colectivo LGTBI han mejorado mucho, siendo una de sus máximas conquistas la ley de matrimonio homosexual de 2005, promovida por el PSOE, pero también es verdad, que los cambios legislativos e institucionales, no se han correspondido con el imaginario colectivo de la sociedad. Más aún cuando se establecen campañas homofóbicas de organizaciones ultracatólicas, cuando escuchamos insultos homofóbicos en cualquier conversación o medio de comunicación o al encontrarnos con casos de acoso escolar por estos motivos. Aquí podéis ver un video que ilustra este problema:



La exposición de este docente es de gran relevancia, ya que retrata de primera mano la situación de muchos estudiantes del colectivo LGBTI, que pueden sentirse faltos de apoyo para desarrollar su personalidad de una manera natural. La ley LGBTI extremeña puede ser un primer paso para cambiar las cosas, ya que al tener una ley específica, los docentes y equipos directivos disponen de una herramienta útil para llevar a cabo medidas preventivas y actuaciones contra el denominado acoso homofóbico o transfóbico.

Me parece muy interesante la afirmación que hace este docente, señalando que a veces se engloba este tipo de acoso en una etiqueta más grande, calificándolo de acoso escolar o bullying; claro está, que este problema representa un tipo de acoso escolar, pero tanto su significado como su significante, tienen una naturaleza distinta que debemos de combatir con propuestas concretas, como las que sugiere la ley LGBTI Extremeña. 
En mi opinión , iniciativas legislativas como está pueden proponer una hoja de ruta común para solucionar el problema, desarrollando distintos planes de convivencia, protocolos de actuación o planes de intervenciones; además no podemos dejar atrás las sanciones hacia las conductas contrarias al cumplimiento de la ley, pero me parece más importante, tanto la formación del personal docente como la concienciación del alumnado hacia este problema.


En definitiva, El amor tiene que ser libre y debe de haber protección para las parejas, sean del sexo que sean. Con respecto a la cuestión de las relaciones, mi visión general es que la libertad significa libertad para todos. La gente debería ser libre de entrar en cualquier tipo de relación que quieran (Dick Cheney).

"Que Dos Seres Que Se Aman Sean Libres Para Amarse y No Tengan Que Humillarse Por Su Condicion Sexual"