Si investigamos la
toponimia del término España podemos rastrear su significado de la
antigua palabra Hispania, antiguo término que deriva del fenicio y
viene a significar tierra de conejos, con el que los romanos
nombraron a este territorio. Pues bien, visto lo visto, deberían
haberlo llamado Reino de Ratas ya que corruptos, asesinos y
traficantes campan a sus anchas a lo largo de nuestra geografía
mientras los pobres son encarcelados llana y simplemente por expresar
sus ideas.
A día de hoy, España se nos muestra como una Democracía parlamentaria con todos
sus atributos, un sistema donde supuestamente existe una división de
poderes y que garantiza una justicia igual para todos como así lo
establece el capítulo VI de la Constitución de 1978.
Examinando la
carta magna aveces tengo la extraña sensación de vivir en un lugar
diferente al que se hace llamar a España, pues de la teoría a la
práctica veo que existen enormes diferencias que me descolocan.
Si la justicia es
igual para todos ¿Porqué de los más de 500 imputados por
corrupción que existen en España solo 20 se encuentran en prisión?
Si el artículo 20
de la Constitución española establece la libertad de expresión
¿Porqué se esta encarcelando a ciudadanos por ejercer ese derecho?
Mientras a otros que emplean insultos e injurias mucho más graves se
les da barra libre (solo hay que poner intereconomía, 13tv...).
Si la constitución
ampara el derecho de reunión y manifestación ¿Porqué compañeros
como Ismael y Miguel siguen en la cárcel tras la manifestación del
22M?
¿Qué han
conseguido con la erradicación de la justicia universal? ¿Porqué
se esta excarcelando narcos , violadores o terroristas, a la vez que
encarcelan a ciudadanos que no han cometido ningún delito?
Todas estas
preguntas aparecen sin respuesta si hablamos de un país que ratificó
su carta magna el 6 de diciembre de 1978, no entiendo tal tomadura de
pelo al ciudadano.
Se habla mucho de
reformar la Constitución y hacerla acorde con nuestros tiempos,
lejos de demagogias políticas, lo que había que hacer era
cumplirla y no pasársela sistemáticamente por “el forro” como han
hecho hasta ahora.
Para defender esta
tesis quiero exponer dos ejemplos claros de lo que significa este
Reino de Ratas, cada ejemplo a un extremo de la justicia,
privilegiados y no privilegiados:
-Por
un lado tenemos al señor Blasco un personaje conocido por ser el
exconseller de cooperación internacional de la Comunidad Valenciana
y uno de los hombres más fuertes, como no del Partido Popular, en la
comunidad Valenciana. Este sinvergüenza se dedicó, desde su puesto,
a expoliar los fondos dirigido a ayudas para los países en
desarrollo robando un total de 1800000€.
Desde
la moralidad que rige mi conciencia creo que no hay nada más ruin
que robar dinero público destinado a personas desfavorecidas, ya que
parte de ese dinero iba destinado a niños violados.
En
una sociedad con garantías judiciales aceptables el peso de la ley
caería sobre este energúmeno y pasaría gran parte de su vida en
prisión, en España, a pesar de una condena efectiva de prisión de
8 años y 20 años de inhabilitación, podrá campar libremente por
las calles previo pago de una fianza de 200000€.
-Por
otro lado tenemos los casos que he nombrado antes, dos compañeros de
nombre Ismael y Miguel, en prisión preventiva desde el 22 M, por
haber participado en una manifestación multitudinaria en la que se
reclamaban unos derechos básicos. Estos jóvenes difícilmente conseguirán eludir la prisión y seguramente acabaran con sus
ilusiones y ganas de vivir en una sociedad justa y libre al privarles
de lo más importante que tiene el hombre que es su libertad.
Estas
son las reglas del juego democrático, todo vale si tienes dinero y
poder pero si al contrario careces de recursos todo el peso de la ley caerá sobre ti y el castigo será duro. Eso de igual para todos
queda muy bien en la Constitución pero a la hora de la verdad como
dice el sabio Evaristo Paramos: dicen
que dice la ley que somos iguales pero el rico nunca entra y el pobre
nunca sale.
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