La cuestión
palestina refleja el paradigma de un conflicto en el que los refugiados son
clave en su resolución. La cuestión de los refugiados es la pieza central en
un conflicto no resuelto. Según la agencia de refugiados ACNUR, a finales de
2015, existían 65 millones de casos de movilizaciones forzadas (1 por cada 113
personas que habitan en el mundo), de ellos 20 millones son refugiados palestinos). Para ver la magnitud del problema, solo debemos observar,
que ¼ parte de estos refugiados son palestinos, ascendiendo a más de 5 millones
de personas.
En la
historia reciente se han originado distintas crisis de refugiados, podemos hablar de la crisis de las segunda guerra mundial, que conllevaría una sangría de movimientos poblacionales, o la crisis que surgió ante la separación de la India y
Pakistán, con 14 millones de desplazados,el territorio que nos atañe (Palestina) con entre 750000 y 800000 refugiados en
un primer momento (año 1949), otros como las guerras de independencia de países
como el Congo o Nigeria, con sangrientas guerras civiles, el conflicto del
Sahara iniciado en 1976, del que hablamos anteriormente, los casos más
recientes de Afghanistan e Irak y el última caso que estamos viviendo en la
actualidad: Siria.
¿Qué pasa
con esos refugiados?
Normalmente cuando se resuelve el conflicto regresan a su lugar de origen,o a veces se instalan en países del entorno o en terceros países, como puede ser los países europeos.
Normalmente cuando se resuelve el conflicto regresan a su lugar de origen,o a veces se instalan en países del entorno o en terceros países, como puede ser los países europeos.
Los orígenes
del conflicto podemos encuadrarlos en el conflicto israelí-palestino, un
fenómeno colonial, alimentado por el sionismo de fines del siglo XIX, con el
objetivo de inventar un Estado dentro del fenómeno de expansión colonial.
Entrando en
la segunda mitad del siglo XX, podemos observar distintos fenómenos en todo el
mundo, dos guerras mundiales y un periodo de entre guerras, la emergencia de
los movimientos coloniales, la emergencia del fascismo, la violencia… Todos
estos acontecimiento influirán en el territorio palestino, sobre todo la
Segunda Guerra Mundial y la limpieza étnica llevada a cabo por los nazis contra
los judíos. Y es que, después de ésta guerra, comenzará la creación del nuevo
Estado de Israel, que lanzará una guerra entre 1948 y 1949 contra los
autóctonos (palestinos) y sus vecinos árabes, que conllevará numerosos
desplazamientos de población. La guerra dará cobertura a la limpieza étnica de
la población palestina, 750000 palestinos serán forzados a abandonar sus
pueblos, unos se instalaran en los Estados Árabes del entorno o en las
fronteras internacionales, siéndole reconocido el estatuto de refugiados, otros
sin embargo quedarán en regiones de Israel, negándoles ese reconocimiento.
Esta será la gran catástrofe Palestina, la “Nakba”como ellos mismos lo llaman,
un término en árabe que significa catástrofe o desastre, ya que conlleva el
problema de la fragmentación y comenzando el problema de los refugiados. A partir
de aquí el pueblo palestino tendrá una nueva configuración fragmentada en 3
dimensiones:
-Los
Palestinos en el Estado de Israel.
-Los
Palestinos refugiados en otros países.
-Los
Palestinos de Gaza y Cisjordania.
La comunidad
internacional intervino con una resolución de la ONU, que proponia una partición
del territorio. En el plano político, el 11 de diciembre de 1948 la Asamblea de
la ONU, emitió la resolución 194, que en su artículo 11 establece básicamente, que
los palestinos que deseen volver a sus tierras tienen ese derecho y sus bienes
tienen que ser reparados, pero este derecho al retorno es imposible de llevar a
cabo por una negativa tajante de Israel.
En el plano
humanitario se crea la UNRWA, una institución que funciona desde hace 66 años
(como curiosidad, se crea antes que el ACNUR), una agencia de Naciones Unidas para los
refugiados de Palestina en Oriente Próximo. Su importancia radica en su
antigüedad, pero es una institución muy vulnerable, ya que depende de las
donaciones de los Estados pertenecientes a la ONU.
Pero ese
retorno contemplado en estas resoluciones no va a concretarse, y el destino ha
tenido que hacer frente a una resistencia a largo tiempo, con la dependencia que
eso produce en las nuevas generaciones sin Estado, que dependen de una sola
agencia de asistencia. Los campos de refugiados se han transformado, desde las
tiendas de campaña a auténticos barrios, en Beirut, Damasco… Encontramos campos
de refugiados en todos los países vecinos, además de los territorios de Gaza y
Cisjordania.
La Nakba, ha
sido continuada con nuevas expulsiones y políticas de expulsión, hasta nuestros
días, y otros abusos como la construcción del muro de Cisjordania, la obligación de abandonar otros lugares… En
definitiva, la desarabización de Palestina.
¿Cuántos, dónde y en qué situación?
En 2015 los
refugiados inscritos en la UNRWA ascendían a 5,6 millones de personas (la mitad
del pueblo palestino), unos se encuentran en campamentos, otros en barrios de
ciudades, otros en distintos lugares… Se encuentran en países como Jordania, Libia, en Siria antes de la guerra, Cisjordania, Gaza… Por tanto, algunos refugiados están
parcialmente fuera de su tierra y otros dentro (Gaza y Cisjordania).
Aquellos que
piden asilo en terceros países, como por ejemplo España (los palestinos son el
grupo más numeroso de demandantes de asilo en nuestro país), se encuentran con
una situación diversa, pues dependen de la posición política del país huésped.
Por ejemplo hay casos muy positivos de integración en Siria o en Irak, mientras hay otros casos más negativos como el Líbano donde se enfrentan a políticas
de segregación; aunque las guerras civiles que han sufrido estos países (Siria
e Irak), han empeorado catastróficamente su situación.
Por tanto, dependiendo del lugar donde estén, los refugiados
tendrán distintos estatus jurídicos, distintos derechos, incluso distintos
documentos.
Volvemos otra vez a recalcar el peso de los refugiados en el
conflicto, pues ya antes del conflicto armado, los sionistas llevarán a cabo
distintos métodos que fomentarán el miedo y las amenazas contra el pueblo
palestino, que desembocarán en la guerra y la proclamación del Estado de Israel
entre diciembre de 1947 y mayo de 1948. Una limpieza étnica que después de la
Nabka se prolongará en distintas épocas.
Las explicaciones ante estos desplazamientos son opuestas en
ambos bandos, los palestinos mantienen una expulsión planificada por parte del
Estado Israelí, por tanto achaca estos desplazamientos al miedo de la población árabe. En
contraposición Israel alude a la huida voluntaria árabe y achacarán la culpa a
las autoridades políticas palestinas que invitaron a vaciar los pueblos. Aunque
los nuevos historiadores israelíes no apoyan esta versión, ya que sostienen que
hubo limpieza étnica y planes específicos, que se materializó en pueblos
arrasados y vaciados durante la guerra.
Y es que, Israel siempre negó el retorno, a pesar que era
una condición para su entrada en la ONU, que nunca llegaría a concretarse. El
Estado de Israel surge para reunificar la población judía dispersa, con un
política de migración inducida (ayudas, políticas internas...), sostenido con la negativa del
retorno árabe. Transformaron el país y se quedaron con los bienes palestinos, una
transformación radical para una ocupación irreversible.
La demanda clave de los Palestinos siempre ha sido el
retorno, recuperar su tierra es el objetivo principal, siendo una de las
demandas fundamentales de la posterior Organización de Liberación Palestina
(OLP). En la memoria de la expulsión como referente de la identidad palestina,
nos encontramos con el 15 de mayo, día de Israel para los sionistas, día de la
Nabka para los palestinos, que también tienen en su calendario otras fechas, como el día de la
tierra.
Y con el paso de los años, el termino refugiado se ha vuelto equivalente al de palestino, la OLP nace con ellos, con los refugiados, siendo la base de las primeras
organizaciones de resistencia armada. En las siguientes décadas (50-60-70) se
constituye la identidad palestina y sus símbolos, por ejemplo, la llave de la casa que se
dejo contra la propiedad usurpada.
Sin abandonar el tema de los refugiados como problema
central, hablaremos ahora de las distintas conversaciones e intentos de
solución del conflicto. Por un lado, tenemos que hablar de los procesos de paz
de Oslo (1993), cuyos resultados dejan mucho que desear, pues se intenta
diseñar una paz fragmentando el problema palestino y quitando el foco de los
refugiados: se pide dejar de utilizar la fuerza armada y apartarse a Gaza y
Cisjordania, se deja fuera a los refugiados dentro de Israel, se empieza a
sentir que la estabilidad de los palestinos está por encima de los refugiados y
además existen presiones políticas y humanitarias para que la cuestión de los
refugiados deje de ser central.
En el 2000 este proceso entra en crisis, pues Israel pone
como condición a la autoridad palestina (Yasser Arafat), que renuncien a seguir
pidiendo el retorno, a lo que las autoridades palestinas se niegan lógicamente.
Pasado este breve espejismo, la cuestión de los refugiados post-Oslo, mantiene la
recuperación y reapropiación de la exigencia de los refugiados en el centro del
tablero. Israel saca las uñas, pues el retorno, sería su suicidio político y étnico en un Estado mayoritariamente judío.
En los últimos años se han dado multitud de organizaciones y
movimientos pro-palestinos, que llevan a cabo actos atrevidos para conseguir una
visibilidad. Por ejemplo el día de la Nabka de 2011, coincidiendo con la
primavera árabe, palestinos de Israel y Líbano llevaron a cabo una
manifestación a lo largo de la valla; los sirios además saltaron la valla y
entraron en el Golán.
Por último, querría cerrar este artículo dando unas
pinceladas sobre la situación de los refugiados palestinos ante la reciente
crisis Siria. Los refugiados palestinos, como hemos comentado, vivían en este
país en condiciones positivas. Tras el inicio del conflicto sirio, muchos se han
alineado con el gobierno de Al-Assad, otros con los Hermanos Musulmanes,
mientras que otros no han tomado partido y han abandonado el conflicto
engrosando las filas de miles y miles de refugiados.
Mientras un pueblo expropiado pierde su identidad, día tras día, Israel sigue absorbiendo inmigrantes judíos y
expulsando palestinos; nos encontramos ante un Estado con principios
excluyentes y racistas, que vende una imagen democrática que dista mucho de la
realidad.
¿Quien sabe lo que deparará al maltratado pueblo palestino en
un futuro? Pues claro está, que un Estado Palestino no será suficiente para
resolver el problema de los refugiados, ya que el conflicto no será resuelto hasta que no recobren su dignidad
arrebatada a sus pueblos y a sus gentes, en tantos años de excesos y consentimiento, y es que, como dijo Zhou Enlai:" Si en vez de fomentar entre nosotros el recelo, el temor, el rechazo o el antagonismo nos basamos en el terreno común que nos brinda el deseo de liberar a las naciones de los sufrimientos y penalidades infligidas por el colonialismo, podremos conocernos mejor, respetarnos más, ser más solidarios unos con otros y ofrecernos mutuamente mayor apoyo".
"Sin respeto por los pueblos y por mandato divino con su dinero y sus armas así ataco el rabino, usurpo tierra ajenas y alguna guerra podrida, no le importó que de otros fuera la tierra prometida, Imperio de asesinos ¡Palestina a luchar! llorando siempre a sus muertos ¡Palestina a luchar! La guerra ya es adversa ¡Palestino a luchar! Al puto capitalista y al sionista hay que atacar."
"Sin respeto por los pueblos y por mandato divino con su dinero y sus armas así ataco el rabino, usurpo tierra ajenas y alguna guerra podrida, no le importó que de otros fuera la tierra prometida, Imperio de asesinos ¡Palestina a luchar! llorando siempre a sus muertos ¡Palestina a luchar! La guerra ya es adversa ¡Palestino a luchar! Al puto capitalista y al sionista hay que atacar."