Esta mañana Madrid amanece sin unos de sus
referentes culturales autogestionados, pues incomprensiblemente, los peones del
Estado opresor han entrado en el CSO La Traba desalojándolo y derribándolo a la fuerza y sin
previo aviso. La pérdida será grande para el distrito madrileño de Arganzuela,
pues en los siete años de ocupación de este edificio emblemático, se han
desarrollado en el mismo, todo tipo de actividades culturales y deportivas que
han llenado a este barrio, y a la misma ciudad de Madrid, de numerosas
iniciativas que sus vecinos han podido disfrutar y que ahora se ven truncadas
por la especulación y el odio de un Estado autoritario que pretende acabar con
cualquier atisbo de rebeldía.
Los Centros sociales Ocupados cumplen una función
básica en muchos barrios deprimidos, culturalmente hablando, estableciéndose una
serie de actividades e iniciativas que el Estado no es capaz de proporcionar,
creando por tanto una labor social a mi juicio digna de admiración. Los responsables
de estos centros sociales llevan a cabo una labor altruista para el beneficio
de la ciudad o el barrio donde están ubicados, donde tiene cabida toda la
comunidad.
Pero un Estado autoritario no puede aceptar estas
premisas, ya que en su política de homogeneización social no hay cabida para
iniciativas libres, en sus jergas peligrosas, para su ansiado control social. Por
tanto, como ocurrió hace poco en Can Vies, otra vez se vuelve a repetir la
barbarie de utilizar la fuerza contra la palabra, y aunque todo el barrio se
vuelque por el CSO la Traba, les da igual, solo les importa su destrucción. Pero
hay algo que no han tenido en cuenta, pues podrán destruir el edificio, pero
nunca podrán destruir la idea y el sentido que tenemos de él, parafraseando la
famosa película V de Vendetta: El edificio es un
símbolo. El acto de destruirlo también. El pueblo da poder a los símbolos.
Solo, un símbolo no significa nada, pero con
bastante gente volar un edificio puede cambiar el mundo.
Por eso compañeros, no debemos
sucumbir a la tristeza o a la desesperanza, debemos organizarnos y seguir
creando Centros Sociales lejos de las influencias capitalistas, pues podrán
destruir nuestros centros, podrán encarcelarnos, podrán asesinarnos, pero nunca
podrán acabar con las ideas que mantendrán vivo el espíritu del CSO La Traba. Por
esto compañeros, démosle su propia medicina, que cada barrio de Madrid arda
esta noche en venganza por su mentalidad autoritaria y especulativa.
UN DESALOJO OTRA OCUPACIÓN!!!
DESALOJOS SON DISTURBIOS!!!
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