El acto de reprimir, conlleva la pretensión de impedir un comportamiento, o la de castigarle una vez producido. Por tanto, la represión
política, que vamos a tratar en este artículo, se manifiesta a lo largo de la
historia en distintos contextos y terrenos dispares, pero el acto en sí mismo
conlleva el mismo efecto, reprimir comportamientos disidentes.
En
el siguiente artículo, expondré un par de ejemplos, en los que se manifiesta
esta represión política, en épocas distintas y territorios distintos, pero
siempre con la misma intención, reprimir a un pueblo libre y soberano, para
imponer sus propias doctrinas.
Hace ya algunos años, no muy lejos de aquí, existía un país
llamado Alemania, un país que estaba sufriendo las consecuencias de la derrota
de la I Guerra Mundial e intentando recuperarse con un cambio de sistema,
basado en lo que ha pasado a la historia como la República de Weimar. Un país, donde la conciencia de clase comenzó a emerger peligrosamente, mediante el
movimiento espartaquista (comunistas), que asustó a los grandes capitales,
sobre todo teniendo el ejemplo de su vecina Rusia, convertida en la U.R.R.S.
Fue entonces cuando los grandes capitalistas ayudaron a un
partido de ultraderecha, el Partido Nacionalsocialista Alemán del trabajo,
presidido desde 1920 por Adolf Hitler. La alta burguesía creía que podía
utilizarlo para vencer a la revolución, pero no contaba con que desencadenaba
una fuerza destructora e irracional.
En las elecciones de 1932 el partido nazi obtuvo 13 millones
de votos (37%) y el 30 de enero de 1933 el presidente Hindenburg nombró
canciller a Hitler; en pocos meses se estableció la dictadura de partido único,
gracias a la policía política (Gestapo), y eliminando violentamente toda
oposición.
La sociedad fue adoctrinada de un modo metódico en la
educación, la prensa, la radio. Los libros y el arte que no seguían las pautas
del nazismo fueron prohibidos. La intransigencia, el racismo y el fanatismo
irracionales sustituyeron a la razón. Todos los grupos sociales que podían
oponerse o que eran vistos como no alemanes fueron aplastados, con una
estrategia metódica de ir uno tras otro a fin de no chocar a la vez con todos:
comunistas, socialistas, sindicalistas, judíos, intelectuales, activistas
cristianos. Al final, como dice el poema de Bertlot Brecht, todos fueron
oprimidos o exterminados.
"Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije
nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada"
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada"
Todo el que siga este blog, sabe qué, desde el mismo, se
acostumbra a comparar sistemas o épocas dispares entre sí, aunque no con ello
se pretende asimilarlas o definirlas en esencia iguales, cada cual que saque sus
propias conclusiones e hipótesis, solo aclarar que la intención del mismo blog
no asegura la veracidad de las mismas.
Pues bien, aclaradas estas cuestiones, haremos un salto en
el tiempo y en el espacio, situémonos ahora en el siglo XXI y fijémonos en un
país llamado España. En las elecciones generales de 2011, el Partido Popular,
dirigido por Mariano Rajoy obtuvo 10.866.566 de votos (44,63%). Así mismo,
apoyándose en la mayoría absoluta y gobernando a golpe de decreto, nos impuso
sus recortes, sus leyes represivas, su dogmatismo religioso y sus continuos
atentados a las libertades ciudadanas.
Con sus políticas adoctrinadoras, en materia de educación,
nos intentan imponer su LOMCE y su 3+2, así mismo, tenemos que observar
atónitos la vuelta del crucifijo a las aulas y la implantación de la religión
como una asignatura quasi obligatoria y con un peso académico sobre dimensionado. Asistimos
a continuos ataques contra la libertad de prensa, intentando homogeneizar en un
pensamiento único, su única doctrina, la permitida por el Estado, todo lo demás
es desviacionismo y por tanto terrorismo.
Todos los grupos sociales que intentas
oponerse a sus políticas, son enjuiciados y encarcelados, imponiendo una
doctrina del shock, y volviendo al poema de Bertlot Brecht, adoptando una
estrategia metódica de ir uno tras otro a fin de no chocar a la vez con todos.
Por tanto, llegados a este punto, permitirme realizar una
licencia, no sé si puede llamarse poética, pero utilizando ese mismo poema de Bertlot
Brecht y adaptándolo a la situación represiva que actualmente sufre nuestro
país.
"Primero vinieron a
buscar a los independentistas y no dije nada porque yo no era independentista.
Luego vinieron por los inmigrantes y no dije nada porque yo no era inmigrante.
Luego vinieron por los inmigrantes y no dije nada porque yo no era inmigrante.
"Luego vinieron a
por los estudiantes y no dije nada porque yo no era estudiante.
Luego vinieron por los deshauciados y no dije nada porque yo tenía vivienda.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los twiteros y no dije nada porque no tenía ordenador.
Luego vinieron a por los comunistas y no dije nada porque no era comunista"
Luego vinieron por los deshauciados y no dije nada porque yo tenía vivienda.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los twiteros y no dije nada porque no tenía ordenador.
Luego vinieron a por los comunistas y no dije nada porque no era comunista"
Luego vinieron a por los
anarquistas y no dije nada porque no era anarquista.
Luego vinieron a por los okupas y no dije nada porque no era okupa.
Luego vinieron por los sin techo y no dije nada porque tenía techo.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada"
Luego vinieron a por los okupas y no dije nada porque no era okupa.
Luego vinieron por los sin techo y no dije nada porque tenía techo.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada"
Ante la ola de represión y detenciones que actualmente
padecemos en España, debemos ser una piña, independentistas, inmigrantes,
estudiantes, deshauciados, sindicalistas, twiteros, comunistas, anarquistas,
okupas, sin techo, jóvenes, adultos, viejos; todos somos la misma clase de
trabajadores libres, libertad que ellos quieren coaccionar, pues ellos tienen
el monopolio de la violencia legal y todas las armas a su alcance, pero
nosotros somos muchos más y siempre nos quedarán las armas más letales que
existen: la lucha en la calle y la solidaridad obrera.
ABAJO LOS MUROS DE LAS PRISIONES!!!
PRESOS POLÍTICOS LIBERTAD!!!